"Queridos niños!
Me alegra ver en este día a la gozosa
juventud de una tierra bendita y soleada.
Pensad que las cosas maravillosas que
podréis aprender en vuestras escuelas son el trabajo de muchas generaciones,
logrado con mucho esfuerzo y mucha fatiga en todos los países de la Tierra. Las
ponemos en vuestras manos como herencia, para que las respetéis, desarrolléis y
fielmente las entreguéis a vuestros hijos. Así es cómo nosotros, los mortales,
nos hacemos inmortales, transmitiendo el trabajo hecho por todos.
Si pensáis en esto, encontraréis sentido a
la vida y a vuestros esfuerzos, y podréis transmitir vuestras certeras
convicciones a otros pueblos y a otras épocas."
Ester.
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